Una de las cuestiones más relevantes en el ámbito de la usabilidad es la capacidad de los dispositivos de visualización actuales para permitir una lectura continuada. Todos somos conscientes de la imposibilidad de una lectura confortable para grandes volúmenes de texto, y el escaso atractivo de la lectura de Guerra y Paz sobre nuestro monitor del PC, o incluso nuestra PDA.
Esta incomodidad refleja una profunda transformación de lo que Cory Doctorow ha denominado el estilo cognitivo asociado a cada soporte. Si en el ámbito de la literatura oral, la leyenda o el poema épico eran los formatos dominantes, en la Galaxia Gutemberg la novela ha sido el estilo narrativo que ha acaparado nuestra atención.
De hecho, la información textual asociada a los soportes electrónicos está muy bien caracterizada por los post de un blog: textos breves enriquecidos en ocasiones con contenidos multimedia. Esta diferencia de estilos nos lleva a una conclusión muy interesante: estilos distintos corresponden a soportes y contextos distintos que coexisten entre sí.
Si observamos el mundo de la música o el video la reflexión es análoga. Los formatos tradicionales invitaban a escuchas o visualizaciones prolongadas. No olvidemos que el significado de las siglas LP (Long Play) que caracterizaba a nuestros vinilos es larga duración.
Sin embargo el estilo cognitivo asociado a iPod o YouTube es completamente disitinto. Invitan al disfrute de contenidos breves siguiendo una estela marcada por la cúltura del videoclip. Una tendencia que se está reforzando con la popularización del podcasting y el vodcasting, y que va a incidir en todas las actividades de nuestra sociedad: desde el trabajo hasta la educación.
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