En el post anterior se introducía la importancia de ver los clusters de innovación como agregados capaces de reinventarse a sí mismos. Una capacidad que depende de forma muy clara de la propia naturaleza del cluster.Tradicionalmente se han distinguido tres tipos de clusters: los cohesivos, los nuevos distritos industriales y los miliex innovadores con características muy distintas.
Los clusters cohesivos son los que tienen una tradición más prolongada correspondiendo a grupos de empresas que se localizan de forma próxima para reducir costes. Su lugar natural se encuentra en sectores que precisan de cambios rápidos en su operativa competitiva, siendo los ejemplos más comunes los de industrias como la joyería o la maquinaria industrial. Estos agregados se justifican económicamente por una combinación de reducción en los costes de transacción y la compartición de los riesgos. Su continuidad se base en la disponibilidad local de mano de obra local muy especializada, una vez iniciada la actividad del cluster y desarrollados los vínculos entre las empresas constituyentes. En otras palabras, su apuesta básica es la conservación y mejora incremental del talento.
Los nuevos distritos industriales responden a agregados de empresas basadas en el conocimiento y la I+D. En este caso el elemento clave en su competitividad es la disponibilidad de recursos entendida en términos de información y de tiempo de acceso. Sillicon Valley es el mejor ejemplo de este tipo de agregado cuya sostenibilidad depende del suministro talento de forma global, para lo que debe ofertar oportunidades de carrera muy diferenciales. En este caso, su continuidad se apoya en la atracción global de nuevo talento.
Por último, los milieux innovadores se apoyan en la construcción de redes sociales entre individuos que trabajan en empresas distintas. Su génesis se basa en una experiencia previa de trabajo común entre los distintos miembros de la red social. Este tipo de clusters se orientan específicamente hacia la innovación, y tienden a evolucionar hacia alguna de las formas previas. Ejemplos de estos clusters se encuentran en áreas de nuevas tecnologías con relativamente baja intensidad en capital. Su sostenibilidad se soporta en el mantenimiento del capital relacional o social de las empresas que lo componen.
Esta simple discusión taxonómica pone de manifiesto la diferencia de políticas de gestión precisas para la supervivencia de un cluster en función de su recurso más preciado, el talento, y su marco competitivo.
Comentarios