De acuerdo con What Is, spyware es cualquir tecnología orientada a recoger información sobre una persona u organización sin su conocimiento. De forma más precisa, en el contexto de Internet se califica como spyware a cuaquier programa que es alojado en un ordenador para recoger información de y sobre el usuario de forma secreta, con el fin de ser utilizada posteriormente por anunciantes o cualquier otro interesado (mas info en Iblnews).
El principal peligro del spyware se refiere a la privacidad. No hay nada objetable cuando a cambio del uso gratuito de un programa, éste nos advierte que se va a recoger nuestro perfil de uso del mismo. Sin embargo, a menudo las aplicaciones de spyware se instalan sin conocimiento del usuario, vulnerando la protección de su intimidad.
Un ejemplo del estatus polémico del spyware puede encontrarse en las diversas opiniones que ha suscitado la compañía Gator. Gator, que acaba de cambiar su nombre por Claria, se define a si misma como la empresa lider en Online Behavioral Marketing. De acuerdo a su propia visión:
"GAIN Publishing distributes a variety of popular software applications and owns and operates the GAIN Network, the world's largest in-context behavioral advertising network. The GAIN Network helps keep many popular software applications and web sites free. These software applications also occasionally display pop up ads on your computer screen based on your online behavior. Alternatively, ad-free versions of the software titles distributed by GAIN Publishing are available for purchase."
Sin embargo para muchos usuarios sus productos rozan los limites de la buena fe (algunas opiniones) ya que abusan del desconocimiento que la mayor parte de los usuarios tienen de la información recogida, a la vez que dificultan el uso del PC (pop-ups molestos) o empeoran su rendimiento.
Más allá del caso concreto de Claria, la existencia del spyware es solo un primer aviso del "lado oscuro" de una tendencia imparable, la de vincular un mejor servicio a un mejor conocimiento del cliente. En realidad la pregunta que todos tendremos que contestar en cualquier canal interactivo va a ser la de ¿cuanta información estoy dispuesto a compartir por disfrutar este servicio? Un nuevo miembro de la ecuación del valor en la que hasta ahora sólo incluiamos coste monetario y aprendizaje. La primera trompeta del Apocalipsis (de la privacidad) acaba de sonar.
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